jueves, 2 de julio de 2009

LA UNION HACE LA FUERZA

Este dicho de que "la unión hace la fuerza" es tan antiguo como el hombre mismo y es tan cierto también que sería muy tonto negarlo. Vemos a diario muestras de esto, en todos los ámbitos; dondequiera que pongamos los ojos observamos que la unión hace la fuerza: en la política, en el trabajo, en el vecindario, en el colegio, etc. Pero cuando Jesús ora al Padre para que seamos uno no está pidiendo que haga una unión de los cristianos, porque la unión significa dos o más elementos que se unen con un propósito, sino que el motivo de la oración de Jesús es que seamos uno. Unión no es lo mismo que unidad, porque la unidad es lo que caracteriza a algo que no se compone de varios elementos, sino que representa la integridad de una cosa. Una unión es un sindicato, por ejemplo, donde esas personas se unen para hacer ciertas peticiones. Otro ejemplo lo vemos en la concertación, la cual es una unión de partidos que se aliaron para gobernar. En ambos ejemplos vemos uniones, pero ninguno de esos ejemplos representa una unidad. Un ejemplo de unidad es el cuerpo humano, el cual aunque está conformado por varios miembros, la ausencia de uno de ellos lo hace incompleto. Por esta razón es que Jesús habla de entender que la iglesia es UNA. Más allá de nuestras divergencias y, muchas veces, nuestros conflictos, la iglesia es una. Entonces, este tema no pasa por nuestra buena voluntad de tratar de que seamos uno. No, sino que se trata de llegar a entender (la palabra correcta es revelación) de que SOMOS UNO y de que somos un cuerpo INDIVISIBLE. Y quiero terminar diciendo que si la unión hace la fuerza, imagínense cuanto puede hacer la iglesia sabiendo que es UNA.

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